Quien se sabe protagonista de un viaje no olvida tampoco que, al regreso, algo habrá cambiado en él. Uno puede viajar sin saber por qué, o puede hacerlo porque sabe exactamente lo que le lleva a ese lugar. El caso es retener en la memoria el viaje, ser siempre la maleta una forma de existencia (o de resistencia).
Para retenerlo, uno puede acumular cuadernos de viaje, llenar anaqueles de hojas sobre lo que ha visto. Tal vez Colón se supo preso de su propio viaje y ocultase que, tras el deseo de pleitear con la corona, existía la necesidad de dar realidad a la travesía, de reconocerse a sí mismo en ella. Uno escribe y dibuja las ciudades, las aldeas y las gentes con la certeza de que, en ese dibujarlos o escribirlos, les da realidad. Si queda por siempre su prueba en un cuaderno, uno sabrá siempre que el viaje ha merecido la pena.
Para retenerlo, uno puede acumular cuadernos de viaje, llenar anaqueles de hojas sobre lo que ha visto. Tal vez Colón se supo preso de su propio viaje y ocultase que, tras el deseo de pleitear con la corona, existía la necesidad de dar realidad a la travesía, de reconocerse a sí mismo en ella. Uno escribe y dibuja las ciudades, las aldeas y las gentes con la certeza de que, en ese dibujarlos o escribirlos, les da realidad. Si queda por siempre su prueba en un cuaderno, uno sabrá siempre que el viaje ha merecido la pena.
La exposición Estrada-Cuadernos de viaje, coordinada por Alba González Sanz y Job Sánchez Julián, recoge cuadernos de viaje de Laura Casielles, Raquel Salmón, Juan Carlos Mestre, Juan Fernández Álava, María Covadonga Barreiro, Raúl Allén, Ana Rodríguez Macías, Antönia G. Tinturé, Th3hold, Jesús Ángel García Vega, Sònia Carvalho y Olalla Hernández. Las muestras, híbridos de literatura y arte plástica, transmiten bien ese cúmulo de experiencias del viaje, ese sentir y eso que nos traemos con nosotros a la vuelta. Más que hacer una guía de todo lo acontecido, más de registrar cada emoción, se trata de meter el viaje en unas pocas pinturas, en unas pocas frases, condensar su emoción al máximo. El resultado no puede ser más hermoso.
En el mes de junio se inauguró la exposición en Gijón. Del 8 al 30 de agosto puede disfrutarse en la Casa Municipal de Cultura de Avilés. No dejen de visitarla y, si viajan en lo que queda de verano, no dejen de escribir su propio cuaderno de viaje.
(Más información aquí y aquí).
No hay comentarios:
Publicar un comentario